lunes, 28 de mayo de 2007




Con los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, China busca un escaparate a escala planetaria. Actualmente, el país tiene proyectos a nivel local y regional e internacional. Entre estos proyectos se encuentra el nuevo aeropuerto de Pekín, que está todavía en construcción, diseñado por Norman Foster, se convertirá en el más grande del mundo. En contra posición, el gobierno de Beijing ha tomado la decisión de limitar las visitas a monumentos como la Ciudad Prohibida, la Gran Muralla o el Palacio de Verano, durante el desarrollo de las olimpiadas, para evitar que resulten dañados.
También ha diseñado una estrategia exterior de dar a conocer su cultura, a través de exposiciones itinerantes, sobre todo en las zonas de política exterior, como América Latina, África o Asia Central y Sudoriental, por primera vez en su historia.

Está empezando a revalorizar algunos conceptos relacionados con China y poder relacionarlo con algunas de sus tradiciones para enseñarlas, como es la Ruta de la Seda. De aquí surge la idea de sacarle brillo, desempolvar una ruta comercial que significo mucho, y nos la dieron a conocer, una larga lista de viajeros, el más recordado es Marco Polo.
La Ruta de la Seda nació como intercambio para pagar alianzas y embajadas con pueblos limítrofes. Su nombre vino de un geógrafo y científico alemán, el barón Von Richtofen en el siglo XIX, por las mercancías más apreciada. Desde el siglo II a. C. tenia varias vías, uniendo el Extremo Oriente al Mediterráneo, y creando una urdimbre de caminos. Las caravanas fueron consecuencia de la creación y desarrollos de nuevos núcleos urbanos, y algo más importante, un intercambio cultural, de ideas, y de formas artísticas, fueron el mayor valor de la Ruta de la Seda.
El viaje de las caravanas duraba de mínimo más de tres años para completar el recorrido, era en el recorrido donde se realizaban los diferentes intercambios, con las finas sedas, acompañaban las piedras preciosas (lapislázuli, jade, ámbar), espejos de bronce, tintes, pájaros exóticos sureños y animales.
Las manos de los comerciantes primero fueron persas, luego árabes que comerciaban con cerámica y orfebrería china, la seda baja de volumen al producirse también en otros territorios. Siglo XI-XIII, nos traen el papel, la brújula, la pólvora y la imprenta todos ellos de origen chino.Ruta de la Seda llegó a su fin bajo la política de aislamiento de la dinastía Ming, a mediados del siglo XV. Los portugueses iniciaron el comercio directo con Extremo Oriente, luego vendrían los holandeses e ingleses, y terminando con él abandonando las rutas terrestres a favor de las marítimas.

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