viernes, 29 de diciembre de 2006

Luces "Post"-modernas en una ciudad que no quiere ser moderna

Hace tan solo unas semanas que se terminó la remodelación de una de las avenidas principales de la ciudad de Granada, Gran Vía de Colón. Ésta calle responde a un proyecto de finales del siglo XIX, en el que para “sanear” y modernizar la ciudad se abre una gran avenida-boulevard atravesando el centro histórico de la ciudad; originalmente se concibió como algo grandioso, un catálogo de arquitectura ecléptica, una calle a la europea. Granada que vivió un corto pero inmenso resurgir en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX con la industria azucarera (la que costeó en gran medida los costes) vió como en pocos años todo ese proyecto de modernidad, toda esa Nueva Granada se moría, ahogada en la falta de recursos. Los años 60-70 desvirtuaron la imagen de esta avenida, eliminándose la calle central arbolada y construyéndose un gran número de edificios, estilo desing años 60, catálogo de la muerte de la preocupación estética. Llegados al 2004 se decide su renovación, en principio se pensó en volver a la configuración original del boulevard y la re-decoración al “estilo antiguo”. Por suerte un grupo de arquitectos decidieron que si Gran Via se diseño como un espacio abierto al futuro, por que no recuperar esta idea, interviniendo el espacio con un lenguaje absolutamente nuevo y contemporáneo, fundamentado en la reinterpretación de la tradición, en donde las aceras se curvan, se visten de blanco, sucio por la goma que se derriten los transeúntes, se llena de ginko biloba (arbol japonés muy estilizado) y se diseñan unas farolas con cierto aire deconstructivista a base de cubos y vacío. Tras la finalización de las obras la pasada semana se ha desatado un debate estético ha cerca de la idoneidad o no de la intervención. Yo con este texto no quiero dar mi apoyo incondicional a la reforma de Gran Vía, , lo que apoyo incondicionalmente es la idea de ser hijos de nuestro tiempo, de pensar, diseñar y construir desde el siglo XXI, con formas y materiales actuales, olvidando esa tendencia kitsch del re-re-re-construido. Aún más cuando se trata de un espacio que fue la promesa de modernidad de una ciudad que, según parece, no quiere verse reflejada en la postmodernidad, y es que granada es una ciudad con mucha historia, a todo ello olvidándose de que los japoneses fotografían un millón de veces al día la postmodernidad decadente y degenerada de una ciudad que no quiere ser moderna.

2 comentarios:

Juan Luis Álvarez dijo...

Hace poco tuve la ocasión de visitar Granada y pasear por la Gran Vía de Colón. Me parece que la integración del nuevo mobiliario urbano en la aburguesada calle le un aire de modernidad que rejuvenece la imagen de la ciudad. Al igual que Sergio, pienso que en la actualidad no se puede construir como se hacía hace un siglo, y es que la arquitectura, al igual que todas las artes, ha de ser un reflejo de la sociedad de la que es contempránea, y no una mera reminiscencia del pasado. Si no vivimos, no pensamos, ni siquiera vestimos como hace diez años, por qué hemos de decorar nuestras calles como hace un siglo.

Culturilla del antifaz dijo...

Felicidades por vuestro blog, se nota que estàis realizando un trabajo serio, ànimo y seguid asi, hasta pronto!!